Los frailes y su visión
El despliegue evangelizador de la nueva España fue una de las más importantes etapas durante la estancia de los españoles, puesto que fue uno de los momentos que cambiaría la forma de vida de los indigenas y del sacerdocio, el cual se ve reflejado en dos documentos:
La instrucción: Que habla sobre recomendaciones a los misioneros en su actividad evangelizadora.
La obediencia: Documento oficial de Fray Martín de Valencia y a sus doce hermanos de región a evangelizar la Nueva España. Ocurrida en la llegada de los primeros misioneros franciscanos, quienes traían consigo el ideal de la iglesia primitiva y el anhelo de regresar al cristianismo original.
Uno de los aspectos más controversiales de la época fue la expulsión de Carlos III a los jesuitas en el S. XVIII, ya que no quería seguir trabajando humildemente, lo que provoco que la cultura y los aspectos alimenticios fuesen más diversos en todos los lugares y de la época.
Además, Fray Pedro de Gante se unió al esfuerzo evangelizador, dejando a Europa atrás y al sacerdocio.
Tras la conquista empezaron a existir diferentes puntos de vista en cuanto a la legitimidad de la presencia castellana en indias, además se trataron temas relacionados con el poder temporal del papa, la soberanía de los indios y la guerra justa., así como también los derechos de comunicarse y a comerciar entre ellos. En cuanto a las polémicas indianas, sobre el tema de la justicia de la guerra destacada particularmente era difícil entender si era o no justa, por lo que la participación de Santo Tomas de Aquino respondió sobre ello en su teoría, y los españoles la tomaron como la decisiva, en la que Tomás de Aquino sostiene que ¨la guerra es justa, siempre que sea declarada por autoridad legítima, con justa causa y recta en intención¨., en donde se tienen que seguir los siguientes elementos al existir una batalla:
Que sea declarada por autoridad legítima (solo el príncipe puede acceder a ella)
Una causa justa
Recta intención. Que busque promover el bien y evitar el mal.
Fue así que las cosas para las indias cambiaron en cuanto a la polémica de la guerra justa, relacionada con la ética y a los métodos de evangelización y los modos de atraer a la Corona de Castilla a las poblaciones del Nuevo Mundo. Referente a ello, Bartolomé de las Casas se comunicó con el cardenal Francisco Cisneros ya que había tomado el cargo de corregente de España, por lo que el cardenal nombro a las Casas procurador y protector universal de todos los indios y les encomendó los arreglos españoles a tres frailes jerónimos asesores por las Casas, y al no tener éxito se dirigió al norte de Santo Domingo, en donde se hizo fraile de dicha orden. Fue entonces donde Cisneros empezó a escribir su historia de las indias. En la que afirmaba que entre los infieles nunca recibieron la fe de Cristo, lo que provoco que la evangelización fuese privada y que las autoridades indígenas debían ser armonizadas con la soberanía española, y que sus sumisiones (en la forma de pago) fuesen voluntarias y que no se les perjudicara.
En cuanto a la guerra contra los indígenas se sostenía que era injusta y que el daño producido por ella debía ser cubierto por España, con el permiso del papa y bajo los reglamentos ya estipulados, por lo que Bartolomé de Casa afirmo que la guerra de la conquista era injusta, puesto que no se realizaba como debía ser, por lo que califico la guerra contra los indios de inicuas e infernales, que terminan por colocar a la población en una servidumbre tiránica, ordinaria y potencial.
Información tomada de la lectura los frailes y su visión.
